Grupo 5: Marlon Alvarado, Angie Segura, Diego Vásquez, Mayerli Aguirre y Ángel Mogollón.
COVID-19: Un inicio sin fin.
La crisis del coronavirus estalló en China a finales del 2019 y desde entonces ha vivido una propagación ascendente y continuada, siendo Europa uno de los continentes más afectados por dicho virus. Desde entonces, se han conocido millones de contagios en todo el mundo y el número de muertes ha aumentado constantemente. Se debe agregar que este virus afecta a cada persona de una manera diferente dependiendo las condiciones de salud de esta, de ahí que, el COVID-19 ha cambiado por completo el rumbo de la sociedad.
En marzo de 2020 se declaró brote de coronavirus como pandemia por parte de la OMS, lo que causó alarmismo en el mundo entero, en este contexto las autoridades de salud aplicaron sin número de restricciones por la pandemia. La mayoría de las personas infectadas por el virus experimentarán una enfermedad respiratoria de leve a moderada. Sin embargo, algunas enfermarán gravemente y requerirán atención médica. Las personas mayores y las que padecen enfermedades subyacentes, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave. Con respecto al ámbito social, el coronavirus ocasionó desastres como el impacto en pérdida de empleo y a su vez el deterioro de las condiciones laborales, al mismo tiempo acentuar las desigualdades en el acceso a la educación y al aprendizaje. Como resultado de la pandemia, se adoptaron ciertas medidas en Ecuador para prevenir la integridad de los ciudadanos: Bono de protección familiar, canastas solidarias de alimentos, entre otros.
En conclusión, el COVID-19 representa una de las mayores crisis globales de la humanidad, por lo tanto, reponerse en su totalidad de las pérdidas, económicas y sociales está siendo periódicamente complejo, por consiguiente, la sociedad se ha visto obligada a adaptarse a las circunstancias dadas a partir de esta pandemia, generando un cambio en el rumbo de la sociedad.
